Ya ha
pasado un poco más de una semana desde el anuncio del viernes 17, que se
convirtió en el viernes negro para todos los que sobrevivimos en Venezuela. Yo
me entere el sábado, quede en shock y sin entender como destruyeron el valor
del trabajo de todos los venezolanos y lo peor de todo es que quedaron impunes
ante el crimen que cometieron, aunque pensándolo bien, lo peor es que se aceptó
con total sumisión las medidas impuestas.
Los
primeros tres días de la semana la ciudad parecía una ciudad fantasma. Y creo
que muchos negocios siguen sin abrir. El sábado 18 y 25 había personas haciendo
colas para gastar lo que les queda para comprar algo. Les doy un ejemplo: el
viernes por una empanada cobraban 800.000(000)bsf el lunes 15(00000(000)bss.
Todo esto sumado a la escasez de comida, la falta de gas, agua, fallas
eléctricas, el colapso del trasporte, las medicinas. Las cosas no pintan muy
bien, pero lo único creo que se puede hacer es seguir adelante o migrar como
muchos lo hacen.
Espero que me disculpen la redacción, pero tenía
que manifestar aunque un poco desordenada mi punto de vista, lo que se (sobre)
vive en Venezuela
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